viernes, 1 de mayo de 2009

KALI Destructora de la Ilusión.

Kali-Ma es el arquetipo de la Madre en su forma más primitiva y poderosa. Es la Triple Diosa de la creación, conservación y destrucción, aunque generalmente se la asocia a la fase destructiva. Es la imagen de la Madre Terrible omnipotente que tiene poder sobre la vida y la muerte.
Pero como la destrucción purifica, kali también es considerada una fuerza creadora. Es la diosa guerrera que va a la batalla sin miedo ni compasión; aunque femenina, incorpora los principios de la agresión, afirmación y energía marcial. Al destruir lo viejo, lo nuevo tiene la oportunidad de surgir y crecer, iniciando otro ciclo de nacimiento, crecimiento y muerte, una resurrección.
Madre negra creadora y destructora, útero y tumba a la vez. En la literatura tántrica se le describe totalmente desnuda, libre de la cobertura de la ilusión, cuyos velos corta con su cuchilla en forma de hoz. En su aspecto naturaleza ella dio luz al cosmo, “partenogenéticamente”, pues contiene el principio masculino dentro de si. Es la causa material de todo cambio, manifestación y destrucción. Todo el universo descansa sobre ella, surge de ella y se funde en ella.
Sus tres ojos le sirven para ver el pasado, el presente y el futuro. Puede tener dos, cuatro, seis u ocho brazos. Una de sus manos sostiene una cabeza cortada que simboliza la aniquilación de la fuerza maligna ligada al ego, y otra porta la espada del exterminio físico con la que corta el hilo del cautiverio. Uno de los gestos de una de las manos derechas aleja el miedo y otro exhorta a la firmeza espiritual.
Como todas las diosas hindúes, kali es además una emanación de Shakti, el principio femino, de modo que esta también asociada a la sexualidad pero en su aspecto salvaje. Su símbolo es el triangulo del “yoni” la puerta de entrada hacia los sagrados misterios, el umbral hacia el oscuro submundo. Muy probablemente la sangre que tiene en manos, pies y boca no sea otro que el menstrual. Cuando la mujer sangra, sus sentimientos se dirigen a un centro “por debajo del umbral de conciencia”, en el nivel psíquico intuitivo. En muchas culturas a las mujeres se les concede un espacio especial durante este periodo para que puedan observar sus sueños y visiones en soledad y no tengan que participar en la rutina diaria del trabajo. Esto le permite desarrollar y profundizar la intuición y no temer la bajada de energía que las mujeres modernas rechazan (“angustia” debilidad espiritual).
La mitología de la diosa creadora y destructora contiene los poderosos símbolos de la ambivalencia de la naturaleza y los ciclos de la vida y de la muerte. Es así que en muchas culturas las diosas amantes y creadoras se convierten en destructoras. Esta representación de la Diosa es la del flujo eterno de la vida, del que surgen todas las cosas y luego desaparecen, es la causa de todo cambio (la transición).
Kali es la encarnación de la fuerza femenina, una fascinante personalidad que expresa la energía primordial. Cuando ella nació del entrecejo de Duaraga, los cielos se llenaron de un rugido atronador. Esta Diosa, con una larga y compleja historia dentro del Hinduismo, es la representación del dualismo que salva a la vida a través de la anhiquilación. Es la Diosa inspiradora de un temor reverencial y encarna tanto a la madre buena como a la terrible; a la creadora y la destructora en su forma de vida, amor, muerte y destrucción. El significado primordial del arquetipo de Kali es la destrucción total del mal para crear un nuevo y limpio estado de conciencia.

El mito más conocido es el siguiente: Durante mucho tiempo las fuerzas demoníacas (asúricas) dominaron y oprimieron el mundo. Los poderosos dioses se hallaban indefensos y sufrían la derrota, por lo que huyeron profundamente humillados. Oraron desesperados a la "Hija de los Himalayas" para que salvara tanto a dioses como a seres humanos de los demonios. Los dioses transmitieron sus energías en forma de vapor de fuego y de éste emergió la gran Diosa Durga, y de su entresejo saltó la Diosa Kali, quien en una gran batalla destruyó a la más arrogante y sanguinaria bestia: el demonio Raktabija.
En otras formas de adoración se conoce a Kali como la devoradora del Tiempo; como la creadora, protectora y destructora de todo; la única incognoscible y por lo tanto la Suprema y Primordial -de donde todas las formas surgen y a donde todas las formas van-. Por eso se la ve como el vehículo hacia la salvación, ya que destruye todas las superficialidades creadas por Maya (ilusión), eliminando aquello que no es esencial en la vida de sus devotos. Simboliza el triunfo sobre la muerte, terminando con el ciclo de encarnaciones.
A veces, Kali es considerada la esposa de Shiva y se la representa como la Madre Negra, enseñando la lengua y danzando con frenezí, con un collar de calaveras, emborrachada con la sangre de aquellos a quienes ha vencido. Otras, Shiva es quien la apacigua. Algunos de sus íconos muestran a Kali sentada a horcajadas sobre su consorte muerto (Shiva), comiéndole las entrañas mientras su yoni es devorado por el lingam de él. Una imagen más benévola de Kali, reverenciada en la India y desconocida en Occidente, es la de madre cariñosa y protectora, quien alimenta con su pecho a un Shiva niño, después de la batalla contra los demonios. Como quiera que se la represente y la conciba, Kali se manifiesta como quien aniquila el poder masculino demoníaco con el fin de restaurar la paz y el equilibrio; reestableciendo el orden cósmico.

A pesar de su terrible forma (aparente), Kali es considerada la más generosa y amorosa de todas las diosas hindúes, y es vista como la Madre de todo el Universo. Debido a su terrible apariencia se la considera una gran protectora, a quien se puede acudir en momentos de necesidad y pesar. También representa a la madre del lenguaje y de todos los mantras.

Si en tu vida apareció kali, es para invitarte a tomar la espada de la verdad y cortar las ilusiones que te anestesian y te atrapan; lo egos que son capas de apariencia.
Cuando actuamos a la luz de la verdad es cuando la serpiente puede mudar la piel: dejamos ir las viejas creencias y comenzamos a vivir nuestra propia realidad.
Para invocarla con la seguridad de que no lastimemos a nadie podemos pedirle que nos ayude a expresar nuestro aspecto guerrero, practicando técnicas de autodefensa y artes marciales.
Kali, como Madre Oscura, porta una espada de doble filo: el poder de matar a los demonios y la capacidad de mostrarse compasiva. A veces los demonios son nuestras propias fantasías e ilusiones sobre la vida.

fuentes:

Manuela Dunn Mascetti "Diosas, la canción de Eva. El renacimiento del culto a lo femenino".

Sandra Román. “Los rostros de la Diosa”. Herramienta para vivir una vida plena y convertirnos en Diosas creadoras de nuestro destino.