miércoles, 22 de abril de 2009

Qué es la Danza del Vientre?

Raks Sharky significa "Danza Oriental", Bellydance es "Danza del Vientre" o más correctamente "de la barriguita", Danza Árabe, Egipcia, Turca, Griega, India, Gitana, Tribal, Estilizada, etc, etc... muchos apelativos diferentes para un arte que tiene su orígen en el rito.

La danza es un medio de expresión que utiliza el lenguaje corporal. Sus inicios tienen características rituales y festivas, su desarrollo posterior en occidente incluye la técnica y la disciplina.

En oriente se considera la danza como el rito inicial que es, pero a lo largo de la historia vemos cómo se han transmitido las disciplinas danzadas basadas en la técnica.
Como danza oriental milenaria y femenina, de carácter ritual, la danza del vientre tiene orígenes indeterminados que la sitúan en diversas regiones de África y Medio Oriente, para mezclarse y difundirse posteriormente a lo largo del mundo y del tiempo.

Se dice que nace en Egipto, hace 5.000 años, pero también sabemos que eran bailarinas gitanas provenientes del sur de áfrica en Incluso de India las que bailaban en los palacios Egipcios (Awalim) o en las calles de Egipto (Ghawazze o "Gaguasi")

Sus características son múltiples; desde fertilidad, fecundidad, sexualidad, espiritualidad, embarazo, parto; hasta magia, trance, hipnosis, fuerza y destreza corporal y mental; también espectáculo, placer físico y visual, desarrollo físico saludable, auto-cuidado, arte, creatividad y complicidad femenina.

Todas sus características se han resguardado y heredado en el tiempo. Se han potenciado sus beneficios como una herramienta más para la mujer, que ya no debe bailar en secreto, ni ser vista simplemente como un objeto de placer, sino como un sujeto de placer.
Esta es una nueva mujer que busca experiencias enriquecedoras, entretenidas, llenas de sabiduría, pretextos para vivir bien, para cultivar un arte y cultivarse a si misma.

Beneficios de la danza del vientre

A través de la danza del vientre, la mujer rescata sus encantos personales. Florece y se activa su sensibilidad, sus canales intuitivos. Sus percepciones físicas y mentales se agudizan. Además, gracias a los movimientos de esta danza, la irrigación sanguínea mejora considerablemente, lo mismo el funcionamiento gastro-intestinal, uterino y genital.
Se liberan las tensiones a lo largo de la columna, los hombros y cuello. Se distiende el gesto facial, cambia la mirada. Se libera la rigidez de caderas y pelvis. Se desarrolla musculatura que no utilizamos comúnmente en piernas, brazos, espalda, abdomen y vientre.
Por medio de esta danza activamos una serie de puntos nerviosos del cuerpo que nos dan sensaciones placenteras y nos energizan. Es un regenerador de energía, por lo que, de cierta forma, se vuelve "adictivo". Una vez que se aprende a danzar, no dan ganas de dejar de hacerlo nunca más, queremos bailarlo siempre, para toda la vida.

La danza del vientre conecta a la mujer profundamente con su femineidad, pues los órganos internos son estimulados a través de movimientos específicos de la región pélvica, abdominales y de respiración, ayudando de esta forma, al descubrimiento del placer de ser mujer, generalmente disminuyendo los cólicos menstruales. Todo el cuerpo está trabajando: glúteos, muslos y vientre son contraídos, fortaleciendo la musculatura y moldeando las caderas y la cintura.

Funciona también como una terapia mental, pues al entrar en contacto con su cuerpo, a partir de las manifestaciones de expresión corporal, hay un desbloqueo psicológico, despertando el amor propio. Además de esto la práctica constante ayuda a corregir la postura y a aumentar el poder de concentración. No existe edad, peso o medidas para iniciarse.

En sus inicios la "danza del parto", "danza de la fertilidad", o "danza de la hipnosis" fue un ritual para conectar a las mujeres desde su centro más vital, el vientre. En muchas culturas la mujer se vio opacada por el patriarcado, por lo que el núcleo femenino ha debido buscar herramientas para emanciparse, o lograr tener influencia en el otro dominante, sin dejar de hacer creer al grupo masculino que ellos tenían el poder.
Por ello se han considerado hechiceras, mujeres malditas o fatales, pues la sensualidad que irradia el vientre fértil de una mujer ha provocado el deseo y el odio de muchos hombres. Llama la atención, pues es parte de la complicidad de un grupo, o simplemente de mujeres que tienen un lenguaje en común, aunque no se conozcan.

Para muchos la danza del vientre es simple sensualidad y se le caracteriza como tal. Y lo es. Es eso y muchísimo más. Pero claro que conlleva un despertar de sentidos y deseos, pues la mujer en conexión con su vientre es un ser en extremo atractivo, casi inentendible para otro ser.

Pero también puede ser un motor para la fertilidad de los deseos en mi vida, y puede ser una flor que fertiliza mi paz interior, mi belleza y mi equilibrio. También puede ser pasión avasalladora cual huracán sin sentido. Puede ser el canal para desviar la energía que nos daña, y puede ser la terapia para encontrarme nuevamente. Puede ser el rito para endulzar la concepción de un hijo o hija, o puede ser el amor bello entre dos amigas. Y mucho, mucho más.


Origen de la Danza del Vientre

Esta Danza proviene de la antigüedad: en algunos pueblos se pensaba que la fertilidad humana estaba directamente relacionada con la tierra. Por ello esta danza está conectada con la tierra, pues es inicialmente un rito de fertilidad.

A las mujeres, que eran las que creaban nuevas vidas, se les atribuían poderes mágicos. En Turquía, las mujeres tenían danzas, rituales o ceremonias relacionadas con la fertilidad y los hombres estaban excluidos de estos ritos. Para las mujeres de Arabia Saudita, la danza del vientre por sí misma había sido considerada sagrada y no podía ser vista por los hombres.

La danza oriental es una de las danzas más antiguas del mundo, es una danza milenaria que combina elementos de diferentes países del Medio Oriente y Norte de África, aunque son inciertos sus orígenes.

Se cree que el origen de la danza del vientre es griego. Los griegos a lo largo de su historia participaron en ritos religiosos esotéricos que también incluían danzas. Por ejemplo, en la antigua Grecia y Roma se realizaban diferentes danzas de la fertilidad basadas en la rotación de caderas y vientre. Algunas de ellas se realizaban en honor a las diosas. Muchas de estas divinidades provenían del Este, en particular de Siria y Turquía.

En Chipre, lugar de nacimiento de Afrodita, la diosa Griega del amor y la fertilidad, las mujeres realizaban danzas rituales eróticas acompañadas de cantos y percusión mediante las cuales entraban en trance. Esto les permitía estar en contacto con la diosa y que ésta les transmitiese su poder. Asimismo, estos ritos o similares tuvieron lugar en Mesopotamia, Fenicia, Egipto, Arabia e India. En estas ceremonias participaban gran número de mujeres. En ellas se bailaba, se cantaba e incluso algunas las mujeres se ofrecían sexualmente a los hombres en honor a la diosa. El propósito de estas ceremonias era traer el poder de la diosa a la tierra y favorecer la fertilidad, aspecto muy importante para la sobrevivencia de los pueblos.


Algunos consideran a Egipto como el país de origen de la danza del vientre. En Egipto, se bailaba en los templos, como culto a la fertilidad femenina se enseñaba a vírgenes a bailar esta danza y también para fertilidad de la tierra y adoración a los dioses.

También se conocen los bailes que entretenían a la nobleza y a faraones en fiestas o privados, conocido es el pasaje bíblico de Salomé, pero no está claro qué tipo de danza sería la que ella bailó para su padrastro. Luego la imaginación occidental ha desvirtuado esta idea en conceptos como "la danza de los 7 velos", fantasías eróticas que distan del sentido erótico primigenio de esta danza.

Durante el siglo XIX, en Egipto existían dos tipos de bailarinas: las Ghawazee (gitanas) que bailaban al aire libre o en el campo, normalmente para audiencias de clase social baja. Actuaban con un pequeño grupo de músicos que solían incluir mizmar, nay y tabla; y las Awalim, que eran más respetadas y además de bailar, cantaban y recitaban poesía. Normalmente actuaban en casas de ricos. Los músicos eran: nay, oud, kanoon y tabla En ambos casos la danza era improvisada.

Durante el S. IV D. C. el Cristianismo y el Islam pasaron a dominar el Medio Oriente. Aunque tomaron ciertas fiestas y ritos paganos y se los apropiaron adaptándolos a su nueva religión.

Por siglos, los bailarines, músicos y cantantes eran esclavos, renegados de todo privilegio, muy pobres y malo vistos. Aunque este status luego cambió, los intérpretes nunca escaparon totalmente del estigma atribuido a su profesión dentro de los países árabes. Sobretodo las mujeres que cultivaban el arte como un espectáculo para sobrevivir.

Hasta el año 1930, los bailarines habían actuado sobre todo en casas de gente o en cafés. Ese año, en El Cairo, una mujer libanesa llamada Badia Mansabny abrió una sala de fiestas llamada Casino Badia que tuvo que ser adaptada a escenarios grandes. Badia Mansabny además de formar a sus bailarinas trabajó con coreógrafos y bailarines europeos para incluir elementos de otras danzas académicas(ballet). Estas bailarinas actuaban normalmente en grupos, aunque las que destacaban por su talento hacían a veces un solo, como es el estilo del espectáculo Occidental.


El ballet, traído por los europeos, influyó en esta nueva etapa. En esta época, el cine egipcio tuvo gran auge y las películas solían tener como protagonista a una bailarina o alguna escena de danza oriental. Acabando por ser verdaderas estrellas de cine y aumentando así el protagonismo de la danza del vientre en los países árabes. Conocid fue, además, el tema de La Reina de Saba, con filmografías llenas de bailes que emulan la Danza Oriental.

Durante esta época se puso de moda el traje de dos piezas con pedrería y flecos que estaba inspirado en las películas americanas. Muchas de estas bailarinas descubiertas en el Casino Badia llegaron a ser estrellas de cine muy populares y adquirieron un status que nunca antes habían tenido. Como Tahia Carioca, Samia Gamal, Naima Akef y Nadia Gamal.

Casi todas las mujeres árabes bailan Raks Báladi, el estilo clásico más conocido y difundido de danza del vientre. Aprenden desde niñas en las fiestas y reuniones familiares, pero son pocas las que se animan a ser profesionales, porque ser bailarina no está bien visto en una sociedad tradicional musulmana, o en las familias más conservadoras árabes.

Algunas bailarinas famosas de hoy son: Fifí Abdú, Nagwa Fouad, Amani, Mona Said, Dina, Laila Haddad y Soraya Hilal. Todas con un estilo de Casino o Cabaret, estilizado. También podemos destacar algunos nombres de bailarinas actuales que cultivan diferentes estilos a lo largo del mundo, tanto folclóricos como fusionados académicamente, como: Rakia Hassam, Suhaila Salimpour, Saida, Ansuya Rathor, Marsha Archer.

Actualmente han surgido una variedad de fusiones que complementan el trabajo realizado por las bailarinas del siglo XX. Entre estas, la más conocida es la Danza Tribal Americana, estilo creado por Caroleena Nericcio (directora de Fat Chance Belly Dance), Masha Archer y Jamila Salimpour, a principio de los 90. Su idea era lograr recrear las danzas de medio-oriente, con una esencia de tribu, improvisando todas al unísono y mostrando una serie de movimientos re-elaborados a partir de la Danza Oriental.
Jamila Salimpour es considerada la creadora de la Danza del Vientre Tribal. Su grupo de danza Bal - Anat allanó el camino a otras en la fusión de diferentes danzas regionales de Oriente Próximo y Norte de África como inspiración para su propia versión de Danza del Vientre. Masha Archer , que fue estudiante de Jamila , añadió más uniformidad al nuevo estilo al no distinguir entre distintas regiones y simplemente identificándolo como Danza del Vientre. Carolena Nericcio formó FCBD después de estudiar con Masha , mezclando las metodologías de las dos profesoras.

Con el paso de los años, este estilo dio paso al Tribal Fusión, que busca nuevas formas, más complejas, urbanas, conceptuales, y es aún más famoso que su estilo inicial, con exponenetes como: Jill Parker, Rachel Brice, Sharon Ki-Hara, Mardi Love o Zoe Jakes, y muchas exponenetes al rededor del mundo, con menos trabajo mediático, pero igualmente aplicadas en su técnica.

De manera independiente a la Norte-Americana, se han creado importantes escuelas, como la Argentina, con un estilo muy marcado, estilizado, liderado por Saida.

En Chile podemos encontrar diversas escuelas, en dónde una misma técnica es presentada con diferentes matices y fusiones. La escuela de Gada Kanaan es un espacio de espectáculo muy de la línea Argentina, En cambio la escuela de Sephora Caris, por ejemplo, mantiene una clásica metodología Egipcia de escenario. La escuela de Paola Jara es reconocida por su Folclore y por la diversidad en la expresión de danzas populares que representan culturas específicas. En cambio la escuela de Victoria Vásquez sigue el nuevo concepto Tribal. Teresa Saba, Iza Hassam, entre Otras, son pioneras en este país. Ruth Saläh es reconocida discípula de Iza Assam. Tania Wolfenson es una de las primeras en innovar y fusionar la técnica moderna y contemporánea con la danza oriental, en Chile, llegando a crear su propia forma de movimientos y danzas con nombres propios. Edna Folch sigue esta línea de exploración personal y descubre una forma libre de expresar la verdad del ser a través de la Danza Fiamma Gitana, que en su matriz contiene la danza del vientre.

A partir de esta elaborada malla de posibilidades, volvemos a lo que nos convoca, convertirnos en magia, danzando. Buscar algo que nos haga sentido y cultivarlo, disfrutarlo. Recibir las diferentes formas como un aporte. Ser parte de una gran familia de mujere y hombres que comparten una misma pasión.

Bárbara Soto Souyris

1 comentario:

Jazmin del Paraguay dijo...

esta muy buena la informacion. Ahora, estoy necesitando informacion sobre bailarinas actuales de los paises arabes, su biografia, etc,,...tienen algo p ayudarme?